Candelaria Jovanovics, toda una vida con hipoacusia
- trprobots
- 6 oct 2021
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Candelaria Jovanovics padece de hipoacusia desde su nacimiento, pero gracias a la solución tecnológica de los implantes cocleares, hoy puede tener “una vida normal”. Tras un largo proceso, hoy estudia, hace deporte y disfruta, como todos los jóvenes, de sus hobbies.
Candelaria Jovanovics, la joven de 20 años y oriunda de Tucumán, fue diagnosticada con hipoacusia bilateral a los 9 meses de su nacimiento. Pese a su discapacidad, recuperó la audición a los tres meses de su diagnóstico mediante los implantes cocleares. “La gente siempre quiere saber qué era lo que se siente, y la verdad es que no se me ocurren palabras porque no escucho nada de nada y por lo tanto no siento nada”, comentó la adolescente mientras reía.

Se conoce como hipoacusia a la falta del sentido auditivo. “Esto apareció genéticamente, es decir, nací sorda, pero hay casos que aparecen de otras formas, como ir perdiendo la capacidad auditiva”, comentó Candelaria sobre su condición. Además, existen diversos tipos de hipoacusia y niveles. Puede ser una deficiencia unilateral o bilateral, además de ser moderada, grave o severa. Los tratamientos tendrán que ver con estas variables, pero en general, los implantes cocleares suelen utilizarse en pacientes con hipoacusia severo-profundas, ya que no responden al equipamiento con audífonos.
Hoy en día, Candelaria está en su segundo año de Arquitectura y disfruta de dibujar, bailar, jugar al hockey, cocinar, entre otros hobbies. Para ella, el implante coclear cambió su vida de una “anormal” a una “normal”. Gracias a estos dispositivos tecnológicos tuvo la oportunidad de ir a un colegio sin ayuda, estudiar en la Universidad Nacional de Tucumán sin dificultad y jugar a su deporte favorito sin ningún problema.
“La forma de relacionarme hubiese cambiado si mis papas no hubieran tomado esa solución”, se refirió Candelaria respecto a los implantes cocleares. Créditos: Candelaria Jovanovics
Según explica la joven, el implante coclear funciona con dos partes. La primera, dentro de la cabeza y conectada a la cóclea, que permite que funcionen como nervios auditivos; y la segunda, externa, encargada de recibir y codificar las ondas sonoras, que se conecta con el implante interno a través de un imán. Aunque parece un método complicado, Candelaria comentó que la reacción de sus padres fue muy abierta, ya que estaban dispuestos a tomar cualquier forma que le permitiera escuchar.

De todas formas, confesó que al principio fue difícil. Por varios meses su discapacidad pasó desapercibida. Pasaban los días, los retos y Candelaria no reaccionaba a lo que le decían. Entonces sus padres decidieron consultar a un especialista y le hicieron un estudio, que al momento de su nacimiento no era obligatorio, y dio positivo para hipoacusia. “Se sintieron tristes y desconsolados, pero no bajaron los brazos. Se secaron las lágrimas y siguieron caminando para adelante”, agregó sobre la reacción de sus padres ante la noticia.
Además, recalcó la importancia de ciertos agentes en el proceso, como Med-El, la empresa de medicina electrónica que brinda soporte e información para la comunidad de personas sordas, y ASUNT, la obra social a la cual sus padres están afiliados, ya que ambos fueron de “mucha ayuda”.
Candelaria asistió a un colegio de oyentes y se graduó en el 2018 como abanderada.
Créditos: Candelaria Jovanovics
Asimismo, aunque una vez implantado no suelen haber inconvenientes, sí es importante darle importancia al postoperatorio. Candelaria reconoció que fue fundamental la ayuda fonoaudiológica para aprender a traducir las ondas sonoras. Así, puede aprender a escuchar y a hablar.
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